Un don algo peculiar


Nanda tenía 5 años cuando se dio cuenta de lo desarrollado que tenía el olfato. Un día su mamá, Requena, tropezó con la alfombra de la sala y al caer al piso, se rompió la nariz.
Nanda desde su cuarto olió algo extraño, un olor que sentía por primera vez, abrió los ojos como si se trataría de algún pastel recién salido del horno, se paro de la cama y empezó a seguir el olor. Llegó al baño en donde se encontraba a su mamá lavándose el rostro mientras se limpiaba la sangre que provocó la caída, Nanda comenzó a sentir curiosidad sobre aquel liquido rojo que veía caer de la nariz de su madre.



Semanas después, Nanda entra al cuarto de su madre y empieza a hurgar entre sus cosas, encuentra una lata de los hilos, abre la lata y saca una aguja. Con la aguja en mano se va corriendo a su cuarto, se encierra, sube a su cama y con mucho cuidado, se pincha el dedo medio, sólo un poco, hasta encontrar aquel liquido rojo. La sangre empieza a salir, era minúscula, pero Nanda la olía de tal manera que parecía estar oliendo algo sabroso, cierra los ojos sonriendo, aprieta su dedo para provocar que salga más sangre, la huele desesperadamente y de pronto, comienza a lamer todo su dedo.

Pasaron 5 años desde aquel episodio, Nanda ya tiene 10 años, está en su cuarto, en su cama, se para y se dirige hacia su mesa de noche, abre el ultimo cajón y saca una cajita muy curiosa, la abre y se ven unas bolsas algo extrañas con un líquido color guinda dentro de ellas. Nanda poseía este don privilegiado del olfato, y sí, era excelente reconociendo olores, pero había encontrado un agrado especial por la sangre, muchas cosas ya habían pasado por su olfato evidentemente, pero nada cobraba mayor satisfacción para ella que el aroma de la sangre, oler la sangre para después comérsela. Saca dichas bolsitas de esta caja, era sangre lo que se encontraba dentro de ellas, sangre que Nanda se sacaba de su propio cuerpo y las guardaba ahí para no tener que estar pinchándose todos los días y que así sus padres no se dieran cuenta.

Días después Nanda sale del colegio y como de costumbre ,su mama fue a recogerla, ellas siempre se encontraban en la vereda de la calle cruzando la puerta del colegio, Nanda tenía un aspecto muy malo, estaba completamente pálida y caminaba con la mirada perdida, de pronto se desmaya, su madre corre hacia ella, minutos mas tarde ya estaban camino al hospital. Inmediatamente el doctor se dió cuenta de lo que estaba pasando, este le dice a Requena que la razón del desmayo de Nanda se debe a que se encontraba con anemia, tenía un muy bajo nivel de hemoglobina. El doctor le recomienda a Nanda cuidarse mucho y comer muy bien porque su salud estaba en riesgo.

Llegan a casa, Nanda lo primero que hace es ir corriendo a su cuarto para ver cuantas bolsitas de sangre le quedaban, entra al cuarto, cierra la puerta, se acerca a su mesa de noche, abre el cajón, saca la cajita, la abre y se da cuenta que solo le quedan 7 bolsitas, es decir, 7 días más.

Pasaron 15 días desde que sucedió esto, Nanda ya tenía un mejor semblante en torno a salud pues había estado varios días sin extraerse la sangre, pero ahora otro era el problema, psicológicamente no estaba bien, todo el día estaba ansiosa, nerviosa, inquieta, parecía que algo le faltaba, y era que ya iba 3 días sin oler sangre e ingerirla. Durante la mañana, la mamá de Nanda la llama para tomar desayuno, Nanda llega a la cocina completamente estresada, de mal humor, despeinada... se le veía muy desaliñada, su mamá no aguanta más la situación y empieza una conversación bastante densa emocional muy fuerte, discuten y todo se sale de control, Nanda entra a una crisis nerviosa fuerte y empuja a su mamá, su mamá no cae al piso pero si llega a golpearse la cabeza con el repostero, el golpe provocó que se le abra una pequeña herida en la cabeza, la mamá de Nanda mete su mano entre su cabello para revisar el golpe que acababa de tener, saca la mano y estaba manchada de sangre. Nanda al ver eso se preocupa por unos segundos, pero inmediatamente cambia su cara de preocupación a cara de satisfacción. Empieza a sentir el olor de la sangre, eran ya casi 10 días sin olerla ni ingerirla, se tira encima de su mamá, se ve como empieza a atacarla, se escuchan muchos gritos y se ven forcejeos entre ambas.

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